
Los tiempos cambian, la tecnología evoluciona y la evidencia científica se actualiza constantemente. Hace algunos años, cada mujer criaba con lo que sabía, con lo que su propia madre o abuela le había transmitido de generación en generación. Hoy vivimos en una sociedad donde tenemos todo al alcance de nuestras manos. Con solo unos movimientos de los dedos, podemos acceder a un bombardeo de información en las redes sociales. Esta información puede venir tanto de personas con conocimientos y formación en los temas que tratan, como de otras que, aunque hablen con seguridad, no cuentan con estudios, actualización ni especialización. Recordemos que TikTok no pide currículum ni título profesionalpara crear una cuenta y hablar de cualquier tema. Entonces, surge la pregunta: ¿cómo podemos hacer un buen uso de las redes sociales?
Una primera recomendación es filtrar la información que recibimos. Verifiquemos las fuentes, aseguremos que las cuentas que seguimos sean oficiales y busquemos siempre el apoyo de profesionales especializados en el área que nos interesa.
La segunda recomendación tiene que ver con el aspecto más social de las redes: la comunicación con otras personas. En estos tiempos, donde gran parte del contacto ocurre de forma indirecta, a través de pantallas, y donde vemos muchos videos de personas que no conocemos, es fundamental que seamos empáticas. Usemos las plataformas para apoyarnos, no para juzgarnos. No olvidemos que quien está al otro lado de la pantalla también es una persona. No es solo un video, ni una foto: es una vida.
Por eso, me gustaría hacerles una invitación: apoyémonos entre todas. No juzguemos a una madre porque materna diferente a como creemos que “debería” hacerlo. Lo más probable es que esa madre esté dando lo mejor de sí, desde su contexto y su realidad. Si vamos a comentar, hagámoslo desde el respeto, la comprensión y el amor. Ofrezcamos palabras o consejos que realmente puedan servir, evitando recomendar prácticas riesgosas o conductas que ya estén desaconsejadas por la ciencia.
Ojalá podamos construir, poco a poco, un espacio donde digamos: “¡Qué lindo encontrar a otra madre que está viviendo algo parecido a lo que yo estoy viviendo!” “¡Qué bueno sentirme acompañada y comprendida por otra mujer!” Quizás esa mujer sea una completa desconocida, tal vez esté a miles de kilómetros de distancia, pero aun así puede enviarte un mensaje de apoyo, una palabra de aliento, y transformarse en una aliada en un momento difícil.
Es importante reflexionar sobre el impacto que tienen las redes sociales en nuestras vidas, especialmente durante la gestación, el posparto y todas las etapas de la maternidad, ya que son momentos llenos de expectativas, miedos, emociones, cambios hormonales, físicos e incluso cerebrales. Una palabra hiriente o un juicio puede tener un gran impacto negativo. Pero, al mismo tiempo, una palabra amable puede hacer una gran diferencia. Frases como “te entiendo”, “te apoyo”, “tú puedes” o “estoy contigo” pueden transformar el día de otra mujer.
Démonos fuerza entre nosotras. Impulsemos una maternidad más comunitaria y menos solitaria, donde aprendamos unas de otras y donde las redes sociales se conviertan en un espacio seguro para compartir experiencias.
Vivan su maternidad desde el amor.
Prepárense, edúquense, busquen apoyo en las personas correctas… y sean felices.
Escrito por
Paulina Inostroza
Matrona y Asesora de Lactancia

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